Refugio

En complicidad con esta noche, borrare con mi aliento tu recuerdo,
y cual luna en plena alba, dejare de ver tu rostro.

En complicidad con esta noche, arropare mis ansias y mis ganas,
me cobijare bajo el manto de mis ilusiones
y el deseo de ser fugitiva de mi misma;
perderme en los veredas producto de pasos constantes y de huidas repetidas.
Perderme en mi infinito carente de estrellas y hasta de sus estelas,
de soplos y de ganas ahogadas por mi pecho,
por la disyuntiva a la que soy prisionera.


En complicidad con esta noche, me cubriré con su magia y le robare un pizca,
para hacer de mis recuerdos y de mi presente lo opuesto,
para crear mi novela, para hacer historias de fantasía con los retazos
que aún quedan de lo que una vez fue ilusión;
de lo que una vez cautivo mi sonrisa y la mantuvo,
de lo que una vez, cual gota de agua refrescaban mis anhelos.

TU

Tu, con quien mi lengua juega,

a quien tatúa los gemidos callados de mis deseos,

a quien desnudo con mis ojos

y multiplico la intensidad de aquel orgasmo

que dará fin al espectáculo con un hondo suspiro,

dejando solo los residuos de lo que una vez fueron ganas,

yaciendo a tu lado, acompañada solo de la sombra de lo que fuiste al comienzo

y de unas gotas de semen a mi lado;

de la causa que hizo dejar mi insignia en tu espalda,

que me hizo imponerme, estrujarte,

convertirnos en sombra de constantes vaivenes, de complacientes ganas,

de agitadas vibraciones,

de poseerte, domarte, exponerte, de jugar con tus suspiros,

de perderme en tus gemidos.

Tu, a quien busco para complacer mis ganas en las horas en que me encuentro sedienta,

quien me extravía, me encuentra,

quien navega en mi mar,

quien con su lengua se pierde entre lo dulce, salado y lo espeso,

quien me aborda en su mirada y me hace prisionera de sus manos, de sus pies

y de las contorsiones de las que somos protagonistas.

Antídoto

Marchita, cual rosa cortada de su tallo,
cual esperanza desembocada en un precipicio de desilusión,
arropada con aquel manto de tristeza que la sumerge en aquellos pensamientos funestos,
oscuros, de desasosiego.

Opaca, sin brillo, con la sombra de una sonrisa que antes dibujaba destellos en su rostro.

¿Qué paso con aquella chispa que encendía el ambiente?
¿Con el jubilo que brotaba de sus ojos?
¿Con la constante energía que contagiaba?
¿Por qué la fatiga, el abandono?
¿Quién robo de ella la esencia?
¿Quién marchito su universo?
¿Quien jugó con su inocencia hasta borrarla?
¿Quién empaño su brillo hasta opacarla?
¿Quien convirtió en tiniebla las pupilas de sus ojos?
¿Quién?

Para ver si consigo el antídoto de ese veneno que cada día la ensombrece más y más.

DESPEDIDA

Solo por una vez más complace mis labios y pósate en ellos,
acaricia con tu aliento mis anhelos y envuelve con tus suspiros mis ganas.

Solo por una vez más, acaríciame cual rio a su roca,
Cual playa a su arena, cual viento a tu rostro;
ven, que los segundos pasan y no quiero que sean minutos ni horas,
que no lleguen a ser días sin tu aroma en mi piel,
ven, no tardes, que las semanas serian una eternidad.

Solo por una vez, acércate lo suficiente para sentir que estas,
para que seas la musa de mis poesías,
el cobijo a mis sensaciones, la guía de mis dedos perdidos,
el eslabón que le falta a mi cadena.

Solo una vez más, deja que la noche nos encuentre y que el sol nos reciba,
que el alcohol anestesie los prejuicios y la moralidad;
que convierta en sinónimos el amor, el placer y la infidelidad,
que nos convierta en protagonista de esta novela.

No te niegues, que solo pido una vez más, para destilar tu perfume,
para impregnarlo en mis poros y archivarlo en mi memoria,
una vez más, para hacerme dueña de aquellas gotas que se deslizan por tu espalda
y de la mirada en que te pierdes,
de las líneas que recorres con tus manos, con tus labios.

Solo una vez más, para dejarme sedada, perdida entre sueños y complacida.

Sola Sin Ti

Si estuvieras aquí
Cuantas lágrimas habrían fallecido antes de llegar a mis ojos.
Cuantos pensamientos se perderían antes de llegar a mi mente
Cuantos besos formarían parte de mi memoria. Cuantas caricias serian testigos de la profunda mirada en la que me sostendría para no perderme en el mar de tu tacto.

Si estuvieras aquí
Mi piel no sería víctima del frío invernal que me arropa, me invade,
de este vacío que siente mi pecho;
De estos pensamientos que carcomen mi esperanza.

Si estuvieras aquí
¡Qué diferente serian las cosas!
No soplaría el viento esta soledad;
No lloraría el cielo para acompañar mi tristeza;
No se ausentaría el tiempo para dejar de transcurrir y darme la oportunidad de pensarte,
Sin miedo a que aquellas grises huellas formen parte de mis cabellos;
Sin que esos pliegues formen parte de mi piel,
Sino más bien, Para que cuando llegues me encuentres tal como estoy ahora escribiendo estas líneas, Para que mi tez y mi provocativa mirada causen los efectos que una vez causaron en ti.

Si estuvieras aquí,
No me ocultaría tras la pantalla de un monitor;
Tras un oso de peluche, que a pesar de ser tierno, no deja de ser un muñeco, tras un abrigo para no sentir frío; tras un libro, Un papel, una pluma.

Si estuvieras aquí,
La noche no solo sería la noche Sería sala, anfitriona, musa;
Sería encanto tras ver como un espejo, las estrellas reflejadas en ojos;
tras hacer poesía con la conjugación de la luz de la luna en tus labios, en tu rostro.

Si estuvieras aquí,
Mis palabras no se limitarían a soledad, decepción, angustia;
sino que fuera extenso, porque tu presencia causaría un nuevo sentimiento,
un nuevo halago, un nuevo deseo de decirte de mil maneras distintas cuanto te amo.

Si estuvieras aquí
Cuan sencillo seria todo aquello que hoy me parece complejo,
todo aquello que no motiva ni el más frío pensamiento.

Si estuvieras aquí
Daría a mi vida la oportunidad de valorar cada instante,
Cada uno de mis suspiros,
y me inyectaría de vida solo el hecho de sentir la brisa tocar mi rostro,
el cerrar mis ojos y pensar en ti;
El ver como cada una de tus palabras se convierte en la gota que llena mi copa;
En miel que endulza mi ser; En razón de mis sonrisas.
Si estuvieras aquí,
Serías el dueño de mis sueños y no tendría jamás ni el asomo de una pesadilla,
Serias mi ángel, mis pasos, serias…Serias simplemente
Mi razón de existir.

CONFUSION PASIONAL

He tratado de una y mil formas distintas sacar de mi pecho esto que me atormenta,
Que me arrolla al sentir el peso de la mirada sobre mí espalda,
Al hacerme comentarios que muchos corrigen de infundados,
Pero no son más que la realidad;
Realidad que oculto a un mundo de ignorantes, hipócritas,
De personas que se limitan a prejuzgar,
Sin saber que el deseo no tiene sexo.
He tratado de buscar aquella manera en la que pueda vociferar sin dedos que me señalen,
Pero esta sociedad ha tomado eso como pasatiempo, Señalar.
Por eso hoy, recurro a las líneas y en esta noche tomo mi pluma,
Impulsada por este deseo de escribir,
Pero al buscar en mi mente,
Me doy cuenta que solo está la palabra inadaptada,
Haciendo que me cuestione en torno a si en realidad lo soy.
¿Lo soy por el hecho de preferir una suavidad como el pétalo de una rosa sobre mi cuerpo?

¿Por preferir la sutileza de una mano tocar mi piel, en vez de una tosca?

¿Seré inadaptada por caminar en esta orilla de placeres, Acompañada solamente por la sombra creada por mis deseos, Que para muchos es erróneo?

¿Por qué a la hora de pensar en sexo,
En mi mente,
En vez de un musculoso cuerpo a mi lado,
Vislumbro unas curvas y unos labios suaves y carnosos besar y tocar mis espacios?
¿Lo seré?
¡No, no lo soy!

Lo sería si abismara mis deseos,
Si me ocultara tras una abyecta mascara para lenificar lo que soy,

Ante los ojos de los avilantes curiosos que rodean mi entorno.

ERES

Tú,
La tierra de mi continente;
La flor en mi jardín;
El camino para cuando estoy perdida.

Eres tú,

Lo bello de mi vida.

Eres todo para mí.