Galletas sin manos

Ayer conocí a un joven muy agradable, pero lo que más me llamo la atención de Rafael fue el hecho de ver que a pesar de ser una persona atractiva, no tiene ese aire de arrogancia que una gran parte de los hombres “bonitos” tienen.
A diferencia de otros, que también me ha tocado conocer y que han sido totalmente lo opuesto, que piensan que por su linda cara o sonrisa, tienen o pueden tener todo lo que “se les de la gana”, ya que usan como lema, “que nadie le puede decir que no a ese lindo rostro”.
También conozco algunas amigas que dicen “a mí no me gustaría tener como pareja a un hombre muy lindo, porque las opciones en este tipo de relación son:
-Será un arrogante;
-No me valorara;
-Va a tener muchas mujeres en plan de conquistarlo y levantándole el ego
-Quizás me respete y valore como mujer. (La opción que muchas consideran como la menos probable).

Y es que siempre me he cuestionado la razón por la que algunos de estos hombre tratan de poner como énfasis en sus relaciones o en su vida diaria lo apuestos que son, al parecer olvidan que la belleza es un regalo que viene con condición, y es que no es para siempre, sino que se acaba y es pasajero.
Ahora me pregunto…
¿Es esta un punto de vista válido por el que nos debemos guiar algunas de nosotras?
¿Por qué estos no pueden valorar a la persona que tienen como pareja, solo por pensar que puede conseguir con suma facilidad a cualquier mujer solo valiéndose de su linda cara?
¿Por qué no priorizar los sentimientos?

Pero saben que es lo peor, que esa es solo una parte de este “tipo de hombre”, ya que por otro lado, muchos de estos, “por lo mismo de hacer tanto énfasis en su rostro o en su cuerpo”, se quedan estancados en una sola de las etapas de la vida por donde nos corresponde (como a todo ser humano) pasar y se les olvida que asumir responsabilidades y tomar carácter en la vida son cosas que no están ligadas a un simple rostro.
Y es que al parecer estos chicos necesitan de alguien que les diga que hace falta que aprenda a poner las cosas en el lugar que corresponde y que se den cuenta que pueden complementar y sumar valor a su linda cara con un poco de sencillez y humildad.
Como en el caso de Rafael, que sin darse cuenta me mostro que no todos los chicos lindo son arrogantes.